miércoles, 31 de diciembre de 2008

Luces distantes... Una nota

Y si la nostalgia se apodera de ti, hay amor, recuerda que aquí estaré, ¿notas como no te digo siempre estaré aquí? No tengo un siempre que ofrecerte tengo un hoy y un ahora, no te prometo lo que el tiempo no está dispuesto a cumplir, pero aquí en este silencio tuyo y mío me encontraras…

Buscas respuesta en aquella nota que llevas en la mano izquierda, mientras el camión se acomoda en su lugar de la terminal de camiones, te quitas tus audífonos que fueron tu refugio durante todo el viaje, miras a la mujer que esta todavía sentada junto a ti esperando a que el camion este en alto total para bajarse, mientras tu intentas reunir fuerzas para hablarle, la gente no deja de pasar apresurada para bajar y con esto el tiempo te regala unos segundos para hablarle, mientras ella busca la oportunidad de irse, la miras titubeas, te escapas de la oportunidad mirando para otro lado, ella se va escapando y tu no encuentras pretexto para detenerla.

Te arrepientes de lo que acabas de hacer, pero a la vez no te duele perder dicha oportunidad, ya que este no es un viaje para conocer a alguien, tiene otro motivo, uno del cual llevas huyendo algún tiempo…

Sales de la terminal de camiones y sabes que tu destino no es el puerto de Veracruz, no, tu destino esta en otro lugar, en Xalapa, pero algo te detiene para abordar el siguiente camión, decides quedarte, así que buscas algún lugar para quedarte en el puerto, un hotel de preferencia te dices, algo que este cerca del mar.

Tomas un taxi y pides que te lleven a un hotel que este cercano al puerto y que no sea muy caro, tu cartera lo exige así. Y mientras el taxi toma rumbo, tus pensamientos se vuelven a dispersar, se alejan de ti, dejándote solamente con la nota que no has soltado de tu mano desde que llegaste y por varios motivos no has terminado de leer…

martes, 23 de diciembre de 2008

Luces distantes

Mientras huyes de aquí, mientras el autobús viaja de noche a su velocidad máxima permitida, no puedes evitarlo y abres los ojos y miras, miras luces distantes, en todas direcciones, unas vienen en dirección tuya pero se desvían mucho antes de estar lo suficientemente cerca, también hay otras luces, pero estas no se mueven, están en el cielo y otras en tierra, un espectáculo que no estás acostumbrado a ver.

Recuerdas tantas cosas mientras esto pasa, recuerdas que no traes cargador para tu celular, entonces te preocupas por quedar incomunicado, decides apagar el aparato, para que la vida de su batería dure más, los sonidos no te preocupan, no te aturde el sonido del llanto del que esta unos dos asientos atrás de ti, tus audífonos te permiten aislarte, mientras escuchas una versión de Day In The Life. Vuelves a cerrar los ojos imaginando lo que te puede esperar al llegar a tu destino, del cual lo único que sabes es que tenías que ir, impulsado por una promesa nace tu deseo de ir de perderte en Veracruz.
Vuelves abrir los ojos, la mujer que viene a un lado tuyo no se ha dejado de mover durante el viaje y esta vez te dio un ligero golpe, se da cuenta y se disculpa tu le sonríes, no tienes de otra te ha seducido su sonrisa iluminada por la poca luz que entra por la ventana. Cierras los ojos una vez más, imaginando, que al bajar del autobús, le invitaras un café deseando verla más adelante durante tu viaje. Y mientras ese sueño se va dando tú te vas perdiendo, imaginando, sonriendo. Estas muy lejos de todo como para detenerte.